La Industria azucarera en la República Dominicana
Origen de la caña de azúcar
La caña es originaria de Nueva Guinea, de donde pasó a la India y de allí a China y Oriente Próximo. Con la expansión musulmana, los árabes la introducen por el Mediterráneo hasta la Península Ibérica, de donde pasa a las islas atlánticas próximas (Azores, Madeira, Canarias).
En el segundo viaje (1493), Cristóbal Colón introdujo a la Hispaniola la caña de azúcar, pero no fue hasta el año 1501, después de varios intentos, cuando se logró prender la planta que procedía de las Islas Canarias.
Desde la Isla La Hispaniola fue extendida hacia Cuba, Puerto Rico y toda América, convirtiéndose el continente Americano en el mayor productor de azúcar de caña del mundo.
Las grandes extensiones de tierras aptas para el cultivo de caña en el Nuevo Mundo, junto al descubrimiento de métodos de refinado del azúcar, proporcionaron el ambiente adecuado para la expansión del producto.
Mano de obra
La historia de Industria Azucarera dentro del ámbito antillano está marcada por la trata de negros para el cultivo y corte de tan preciado producto.
La historia de Industria Azucarera dentro del ámbito antillano está marcada por la trata de negros para el cultivo y corte de tan preciado producto.
La difícil tarea del cultivo de la caña en los ingenios demandaba una fuerza muscular que tuviera mejores resultados que la de los indígenas, además la población indígena había menguado de manera significativa.
De ahí que desde 1518, por autorización expresa del Rey Carlos I, comenzaran a otorgarse licencias para traer a América (y a La Española) negros bozales (inexpertos), los cuales, a diferencia de los ladinos, eran empleados en labores intensivas de producción. Africanos ladinos, es decir, occidentalizados en Europa e integrantes del séquito de servidores de nobles españoles, habían pisado tierra americana poco antes de 1501.
Para controlar las posibilidades de sublevación, los propietarios de ingenios preferían importar esclavos africanos procedentes de diferentes etnias. Los grupos predominantes eran los zape, mandinga, congo, mondongo, biáfara, carabalí y los de lengua gelofe
Otra preferencia que tomaban en cuenta los dueños de ingenios era el rango de edad de los esclavos seleccionados, esta edad oscilaba entre los 15 y 20 años de edad, también eran reclutados desde los 9 años. Su faena de trabajo forzado era de hasta 18 horas corridas por día, incluía domingos y feriados. Muchos morían de cansancio y por falta de sueño. Otros huían a los montes o se defendían mediante las armas.
Otra preferencia que tomaban en cuenta los dueños de ingenios era el rango de edad de los esclavos seleccionados, esta edad oscilaba entre los 15 y 20 años de edad, también eran reclutados desde los 9 años. Su faena de trabajo forzado era de hasta 18 horas corridas por día, incluía domingos y feriados. Muchos morían de cansancio y por falta de sueño. Otros huían a los montes o se defendían mediante las armas.
La historia de la producción de azúcar en América estuvo basada en
el empleo del trabajo de esclavo. Grabado de Teodoro de Bry(1528-1589)
Fuente: http://www.revistaambienta.es/
Alzamiento de esclavos y manieles
A sólo cuatro años del inicio de la importación de negros bozales, es decir, en 1522, se produce la primera sublevación de esclavos africanos en América (en este caso, pertenecientes a la tribu de los gelofes. Se produjo en los ingenios de Diego Colón y Melchor de Castro, y ocasionó la muerte de 12 españoles.
Fue sin embargo prontamente reprimida, pero esto no impidió que otros esclavos, individualmente o bien en cuadrillas o grupos, se escaparan. Según su situación, recibían los siguientes nombres:
• Cimarrones. Los que se fugaban de manera individual y se establecían en los montes para, desde allí, atacar las unidades productivas y a los colonos aislados. Estos ataques eran llamados “cimarronadas”.
• Apalencados. Los fugitivos que se concentraban en número importante en un lugar determinado, con fines de levantarse en armas.
• Manieles. Comunidades de negros que se establecían en las montañas sin fines agresivos. Solo querían vivir tranquilamente al margen de la opresión esclavista. Fijaron sus propias reglas y hábitos culturales.
Sus lugares favoritos para poder vivir protegidos eran San Nicolás, en la Cordillera Septentrional; Ocoa y Rancho Arriba, en la cordillera Central; Punta de Samaná; el Cabo de Higüey, y Sierra de Bahoruco.
Líderes negros. Entre los más famosos líderes africanos que comandaron las revueltas y fugas de esclavos se pueden mencionar:
• Juan Vaquero. Se alzó con un grupo en 1537. Andaban por las sierras del sur y atacaban a los colonos de las zonas aledañas.
• Diego de Guzmán. ‘Cimarrón' de San Juan de la Maguana que atacó dicha comarca.
• Diego del Campo. Se había mantenido alzado por los alrededores de La Vega por cerca de 10 años. Al final se entregó a los españoles y, a cambio de su vida, se prestó a la persecución de sus antiguos compañeros.
• Lemba. Quince años había durado alzado en armas en Higüey, junto con otros 150 personas que le seguían. Se le atrapó y quitó la vida en 1548
Origen de la Industria Azucarera en República Dominicana
Nuestra industria azucarera nació en un ciclo de apogeo del comercio internacional. Desde los principales centros industriales se demandaban materias primas y se exportaban mercancías y bienes de capital, estimulando en las economías periféricas la producción a gran escala de bienes agropecuarios y mineros de exportación.
Unos de los factores que favorecieron el auge de la producción azucarera en nuestro país fue la guerra de los diez años en Cuba (1868-1878), atrayendo hacia el país a empresarios y técnicos del sector.
Otro factor que incidió en la industria azucarera local fue la guerra franco-alemana de 1870, siendo estos de los países mayores productores de azúcar de remolacha y la Guerra de Secesión Norteamericana entre 1861-1865, que provocó efectos devastadores sobre las plantaciones de caña en Luisiana.
En el país, el fin de la Guerra de la Restauración en 1865, el gobierno de los 6 años de Báez (1868-74) y los gobernantes azules que dominaron el último cuarto del siglo XIX, favorecieron esta industria.
A todos estos acontecimientos se sumó el ambiente favorable creado por las autoridades con la creación de leyes para incentivar la inversión de capital en el fomento de explotaciones agroindustriales en gran escala.
Entre estas leyes están, exoneraciones de pago de arancel a las maquinarias, implemento de trabajo e insumos productivos, franquicias temporales que eximían el pago de derecho de exportación y concesiones de terrenos estatales..
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